El Estado de Israel, desde su creación en 1948, ha ido expulsando a la población palestina y sometiendo a la que queda, tanto en Israel como en los territorios palestinos ocupados, a un régimen colonial de apartheid y supremacía étnica que discrimina a los no judíos y niega los derechos más elementales (incluido el de la vida) a los palestinos y a las palestinas que entorpecen su aspiración a crear el gran país que por derecho divino creen que les corresponde.
Israel nació en guerra contra los países árabes vecinos y sólo puede mantenerse en la guerra, ahora arrasando Gaza, colonizando Cisjordania e invadiendo por cuarta vez el Líbano, pero también atacando a Siria e Irán, como ha ocurrido recientemente. Sus gobernantes son conscientes de que sólo mediante la guerra y la aniquilación de los palestinos pueden conseguir su objetivo del “Gran Israel bíblico” y lamentablemente los países más poderosos del mundo parecen dispuestos a permitírselo. Es hora de que la sociedad civil, ya que nuestros gobernantes no lo hacen, reaccionemos contra esta injusticia y reclamemos el respeto a la legislación internacional y al derecho de todas las personas y todos los pueblos a vivir en libertad y dignidad.