Con la actual ley educativa, Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOMLOE) se establece que se adoptará la educación inclusiva como principio fundamental, con el fin de atender a la diversidad de las necesidades de todo el alumnado, tanto del que tiene dificultades de aprendizaje como del que tiene mayor capacidad y motivación para aprender. Por consiguiente, en la citada ley, se recomienda el uso del modelo DUA, Diseño Universal del Aprendizaje, por partir de la diversidad en la planificación didáctica y tratar de proporcionar oportunidades de aprendizaje que incluyan a todos los discentes. Además, provee al profesorado de un marco para diseñar el currículo de una manera flexible y enriquecedora que minimiza barreras. Es por ello, que, a lo largo de este curso, se dotará a los asistentes de herramientas y métodos con los que programar actividades de un modo inclusivo y atractivo para el alumnado.
En la Sociedad de la Información en la que estamos inmersos, el audiovisual es el soporte más utilizado para la comunicación. En el ámbito académico, su empleo es cada vez más frecuente en el aula en todos los
niveles educativos, desde la educación infantil hasta en la universitaria, si bien, el uso que se hace del audiovisual, por parte del profesorado, salvo en grados específicos de este medio, no permite aprovechar las posibilidades
que este soporte ofrece por desconocimiento del medio en sí y de su lenguaje.
El uso del cine en el aula se suele limitar a la proyección de creaciones audiovisuales, seleccionadas aleatoriamente por el profesor en base a los contenidos que le interesa trasladar al alumnado, en la mayoría de los
casos, limitándose a utilizar la trama del relato narrado en la cinta y desechando las posibilidades que un correcto conocimiento del medio y de su lenguaje pondrían a su alcance.
Un conocimiento del medio audiovisual permite no solo su empleo en el aula como herramienta educativa si no su uso en el ejercicio de profesiones ubicadas en distintos ámbitos de conocimiento. Además, el cine,
potenciado su ámbito de actuación por la sociedad de la información, se ha convertido en prueba documental de los incumplimientos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y, al mismo tiempo, en
divulgador de los mismos.
A los argumentos anteriores hay que añadir que los usuarios y pobladores de la sociedad de la información necesitamos adquirir las habilidades que nos capaciten como espectadores competentes, activos y con espíritu crítico.