El campo de estudio de la Economía de la Seguridad y Defensa, como aplicación y extensión del ámbito de la economía pública, ha venido siendo cubierto mediante diversos instrumentos analíticos para dar respuesta a diferentes problemas económicos del ámbito militar y policial, sobre todo relativos a la asignación presupuestaria, al gasto y la gestión de los recursos, así como el mantenimiento de la ventaja tecnológica, hoy esencial, frente a los riesgos y amenazas existentes.
La extraordinaria transformación producida a nivel global como consecuencia de los cambios acaecidos a lo largo de la década actual, plantea muchísimas incertidumbres en todos los sectores de la economía, muy en particular en el de la Seguridad y Defensa, lo que ha obligado y obliga a realizar una profunda reflexión para determinar cuáles pueden ser sus efectos futuros así como las medidas más adecuadas para hacer frente a cada posible escenario y situación real que se produzca.
Las necesidades actuales de inversión y, sobre todo, de sostenimiento de equipos, armamento y material, son cubiertas con un presupuesto realista y ajustado para dar respuesta suficiente a un conjunto de riesgos que son ciertos, en el que se percibe muy tibiamente la habitual amenaza de invasión del territorio, y sí significativamente la presencia de un nuevo y diverso conjunto de amenazas, como el terrorismo internacional, los ciberataques, la corrupción, el narcotráfico y tráfico de armas internacional, el crimen organizado global, el tráfico de seres humanos, etc., que están soportados por grupos anónimos dispuestos a conseguir sus objetivos a costa de la inseguridad y la desestabilización social internacional.
En España, la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 definió a ésta, de una forma integral y amplia, como la acción del Estado y servicio público cuyo objeto es proteger la libertad, los derechos y el bienestar de los ciudadanos, garantizar la defensa de España y los principios y valores recogidos en la Constitución, así como contribuir junto a nuestros socios y aliados a la seguridad internacional en el cumplimiento de los compromisos asumidos.
La integración de los conceptos de la Seguridad y la Defensa, implícita en dicha Estrategia, ha implicado que la Economía de la Defensa haya tendido también a fusionarse con el de la Seguridad, ampliando de forma paralela su campo de estudio también al propio de la seguridad económica y financiera.